Inés Garland

Me recordó cómo los niños siempre piensan en grande; cómo el mundo los confronta y los moldea para mantenerlos a salvo.

Las cosas en la memoria, lo sé, se vuelven rígidas y se desplazan, se convierten en algo que no fueron nunca antes. Como cuando un ejército interviene un país. O un jardín de verano se vuelve rojo con las hojas del otoño.

Sabe la película que le gustaría hacer: historias de argelinos en 1962, cómo los arrearon a las afueras de París en campamentos; cómo tantos de ellos fueron asesinados, desaparecidos. Cómo aún ahora en las afueras de París, los africanos con pantalones de esquí brillantes hacen los trabajos tóxicos, las fábricas y las centrales eléctricas, cómo París se construye y camina sobre las espaldas de esta gente, sobre las espaldas de una historia abominable.