Ricardo Iglesias

una leyenda que trasmite Diogenes Laercio (VIII 3), Polícrates le dio a Pitágoras una carta de presentación para el rey Amasis de Egipto para facilitar que entrara en contacto con los sacerdotes de ese país. Varias noticias de los biógrafos tardíos refieren que se inició en los misterios de la religión egipcia, aprendiendo los jeroglíficos y la interpretación simbólica de su sabiduría, que luego adoptaría para sus enseñanzas. Quizá también allí, según es verosímil, aprendiera los conceptos básicos de la teoría de la reencarnación, de la cual sería el introductor en Grecia, aunque otros autores otorgan a Ferécides la prioridad en la noción de la metempsicosis, así como en otras enseñanzas místicas. En definitiva, la oscilación entre enseñanzas externas (egipcias, caldeas, indias) e internas (Creta, Ferécides, etc.) se perpetua también en las fuentes tardías: junto a la posible influencia de religiones orientales y extranjeras, es muy verosímil la conexión con otros sabios como Ferécides o Tales y con religiones y cultos como el orfismo o la mántica[21].

una leyenda que trasmite Diogenes Laercio (VIII 3), Polícrates le dio a Pitágoras una carta de presentación para el rey Amasis de Egipto para facilitar que entrara en contacto con los sacerdotes de ese país. Varias noticias de los biógrafos tardíos refieren que se inició en los misterios de la religión egipcia, aprendiendo los jeroglíficos y la interpretación simbólica de su sabiduría, que luego adoptaría para sus enseñanzas. Quizá también allí, según es verosímil, aprendiera los conceptos básicos de la teoría de la reencarnación, de la cual sería el introductor en Grecia, aunque otros autores otorgan a Ferécides la prioridad en la noción de la metempsicosis, así como en otras enseñanzas místicas. En definitiva, la oscilación entre enseñanzas externas (egipcias, caldeas, indias) e internas (Creta, Ferécides, etc.) se perpetua también en las fuentes tardías: junto a la posible influencia de religiones orientales y extranjeras, es muy verosímil la conexión con otros sabios como Ferécides o Tales y con religiones y cultos como el orfismo o la mántica[21].

una leyenda que trasmite Diogenes Laercio (VIII 3), Polícrates le dio a Pitágoras una carta de presentación para el rey Amasis de Egipto para facilitar que entrara en contacto con los sacerdotes de ese país. Varias noticias de los biógrafos tardíos refieren que se inició en los misterios de la religión egipcia, aprendiendo los jeroglíficos y la interpretación simbólica de su sabiduría, que luego adoptaría para sus enseñanzas. Quizá también allí, según es verosímil, aprendiera los conceptos básicos de la teoría de la reencarnación, de la cual sería el introductor en Grecia, aunque otros autores otorgan a Ferécides la prioridad en la noción de la metempsicosis, así como en otras enseñanzas místicas. En definitiva, la oscilación entre enseñanzas externas (egipcias, caldeas, indias) e internas (Creta, Ferécides, etc.) se perpetua también en las fuentes tardías: junto a la posible influencia de religiones orientales y extranjeras, es muy verosímil la conexión con otros sabios como Ferécides o Tales y con religiones y cultos como el orfismo o la mántica[21].

El viaje prometeico a Egipto para aprender los arcanos del culto y la religión tiene relación con el arquetipo chamánico que se ha comentado con anterioridad. Recuerda poderosamente la estancia del mítico Orfeo en aquel país, para adaptar los misterios de Osiris-Dioniso, y destaca la insistencia en la fama que cobró el chamán entre los griegos. La leyenda de estos viajes sin duda responde al prototipo del sabio jónico y de su grand tour por Oriente y, a la vez, reivindica el origen mítico de la sabiduría de Pitágoras en prestigioso lugares de antigüedad insondable para los griegos. F

Todos los relatos transmitidos sobre sus orígenes familiares, nacimiento, infancia y etapa de formación se corresponden con los patrones narrativos del héroe filosófico, del santón en busca de una educación suprema, y están teñidos por matices de falsificaciones legendarias. Desde la leyenda de su posible padre putativo Apolo[26] hasta su presunta instrucción con los sabios Tales, Anaximandro y Ferécides de Siro entre los griegos, o sus viajes formativos con los egipcios, fenicios, caldeos y magos, la escasez de evidencias directas ponen en cuestión la autenticidad de las biografías tardías transmitidas. Estos viajes de aprendizaje del sabio mítico —filósofo, científico o legislador— a lugares lejanos donde se da el auténtico saber religioso y reinan leyes buenas son un rasgo recurrente en varias biografías legendarias de algunos filósofos llamados «presocráticos».

la capacidad de morir antes de morir mediante la incubación para alcanzar el conocimiento divino, ya fuera profético, médico o legislativo.

la capacidad de morir antes de morir mediante la incubación para alcanzar el conocimiento divino, ya fuera profético, médico o legislativo.

como kathartais (purificadores) y iatromanteis (médico-adivinos)[29].

como kathartais (purificadores) y iatromanteis (médico-adivinos)[29].

como kathartais (purificadores) y iatromanteis (médico-adivinos)[29].