Kamila Shamsie

—Los chicos son diferentes de nosotras —dijo Isma—. Ven lo que quieren ver, tienen visión de túnel.

—¿Y esto?
—Es del Corán. La yukallifu Allahu nafsan ilia wus-ahaa. «Que no coloque Alá, sobre ningún alma, una carga mayor de la que esta pueda soportar.»

De vez en cuando había períodos en los que ella cambiaba la frecuencia de la relación. Él solo podía describirlo así: una transformación repentina, como si alguien hubiese presionado con el codo, por accidente, el botón de la radio y el jazz se detuviera en plena melodía. Se volvía fría o triste, a veces se enfadaba, y cualquier intento de hablar sobre ello era en vano.

En las anécdotas de infancia era su cómplice en todo, la sombra que unas veces iba por delante de ella y otras la seguía, sin separarse jamás de su condición de mellizo

tuvo que recordarse a sí mismo que, probablemente, crecer huérfano creaba una dependencia de los hermanos que él, que mantenía una relación desafectada con su hermana, no podía comprender.

y de pronto todo aquel misterio del que había disfrutado hasta entonces le pareció un juego agotador en el que él entregaba todo el poder.

Él le causó dolor a tu familia, tienes derecho a pedir lo que quieras por eso.

En aquel momento fue capaz de imaginarse que no la amaba, pudo verse deseando que desapareciera de su vida, con todos sus secretos y sus extravagancias, sus cambios de humor, toda la dificultad que significaba para él.

El mundo era un lugar oscuro y allí estabas tú, resplandeciente. ¿Cómo se puede no amar la esperanza?

Una mitad de mí siempre está preguntándose si está vivo, qué está haciendo, qué ha hecho. Estoy tan cansada de todo