Podríamos dar un paso más, y afirmar que la ciencia se orienta a comprender el mundo en que vivimos, explicarlo, y también predecir y anticiparnos a los acontecimientos. Sin embargo, esta respuesta también tiene dificultades. Por un lado, no es claro que cuando se trata de ciencias que conciernen a la conducta humana sea factible llevar adelante predicciones. Por otro lado, el tarot, por ejemplo, aspira efectivamente a adivinar qué nos depara el futuro y es al menos discutible que cuente con estatus científico.