Y calzar zapatos de diseñador es también indispensable si se quiere pasar sin dificultad de un texto a otro, es decir, si se quiere escribir una nueva novela donde el mismo personaje llamado también Nora García, la protagonista habitual de estas historias, lleve siempre puesto el mismo par de zapatos de diseñador que ha venido usando mientras escribe este relato, quizá ahora con las punta aguzadas, aunque eso agrave la condición de su juanete.