“Da igual por dónde subas a la montaña: desde arriba, la vista es la misma”. Hirschman libera de las habitaciones cerradas de ninguna doctrina, saber, disciplina o metodología. Si el camino es correcto, llegarás a la cima y obtendrás el premio de la vista. Es decir, del entendimiento. Preocúpate, pues, de que el camino tenga sentido