Mientras estemos construyendo nuestro propio templo de vida debemos tomar consciencia de cada ladrillo que coloquemos en él; de cada deseo, decisión y acción que elijamos. No hay un ladrillo más importante que otro, no hay una decisión más importante que otra, no hay una acción menos válida que otra; todas crean, todas construyen, el asunto es saber y respetar lo que en verdad queremos para nuestro templo, para nuestra vida.