Mucha gente sale a dar paseos y, sin embargo, no puede admirar la naturaleza porque su capacidad de observación está poco formada. Naturalmente, algunas personas no sirven para el estudio y no se inquietan por ello. En ese caso, no deberían hablar de lo que no entienden… Veo que me he referido al «estudio de la naturaleza», pero eso no puede llamarse «estudio». Es un pasatiempo delicioso, lleno de sueños inútiles pero hermosos y bellos pensamientos, al que nos empuja el hecho de estar en el mundo que Dios nos dio para que nos consolara en tiempos de desgracia… Las palabras no pueden expresar la alegría ni la feliz inconsciencia que experimentamos durante un paseo por el campo.