Aunque es una gran hazaña añadir algo, aunque sólo sea una pizca, a la suma del conocimiento humano, más grande todavía es añadir un pensamiento. Para un hombre, es mejor intentar ser a la vez poeta y naturalista que ser demasiado naturalista y pasar por alto la belleza de las cosas, o demasiado poeta y no entenderlas o no poder ver siquiera las bellezas escondidas que sólo se revelan tras una observación atenta.