el Barbican, en una demostración casi cómicamente descarada de que no había pensado en las mujeres en absoluto, había convertido los aseos masculinos y femeninos en mixtos cambiando simplemente los rótulos. Así, los aseos para «hombres» y «mujeres» pasaron a ser «aseo de género neutro con urinarios» y «aseo de género neutro con cubículos», respectivamente. Sucedió lo obvio: solo los hombres accedían a los que se suponía que eran de género neutro con urinario mientras que los descritos como neutros con cubículos los utilizaban todos.
Con esa medida, en lugar de hacer que los aseos fueran realmente neutros desde el punto de vista de género, solo habían aumentado la provisión de aseos para hombres: las mujeres por lo general no utilizan los urinarios mientras que los hombres pueden acceder tanto a los urinarios como a los cubículos. Además, en los aseos de género neutro con urinarios tampoco había contenedores higiénicos.