El diezmo era, junto con las rentas procedentes de las propiedades de la iglesia, el principal recurso de las instituciones eclesiásticas para pagar al clero y financiar sus actividades. Fue una institución política y fiscal central que, de hecho, transformó la iglesia en un cuasi Estado con medios considerables para regular la sociedad y cumplir con sus funciones de supervisión, que eran espirituales, sociales, educativas y morale