Paul Auster

Fuerte la historia de las armas en el pueblo de Estados Unidos. Muy bueno.

"Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él."

Aunque suene redundante, la trilogía es un ejercicio de experimentación narrativa, esa afirmación acerca de este libro la he visto como conclusión en varias reseñas, y no mentimos, Auster desafía la linealidad y la coherencia literaria, sus personajes se desdoblan, se tuercen, son maleables, urgentes y, a su manera, imperfectos; sus historias ("Ciudad de cristal", "Fantasmas" y "La habitación cerrada") se cruzan y a la vez están muy lejos una de la otra, sus significados se alteran en cada página, letra a letra, construye este juego de espejos narrativos en el que crea una sensación de desorientación y desconcierto, un poco como la complejidad de la experiencia humana de vivir.

“Usted está ahí sentado y piensa: ¿Quién es esa persona que me habla? ¿Qué son esas palabras que salen de su boca? Yo se lo diré. O no se lo diré.”

Es un libro de exploración, hay reflexiones sobre la identidad, la memoria, la soledad y la búsqueda de significado. Los personajes de la trilogía están atrapados en un mundo de incertidumbre, donde la realidad se desvanece y la ficción se hace realidad. La prosa de Auster es precisa y evocadora, creando un clima de tensión y expectación. Su estilo minimalista y directo contrasta con la complejidad de las historias “Si estás dispuesto a sumergirte en un laberinto de historias y significados, esta trilogía es una experiencia inolvidable.”

Es difícil de seguir, mucho, su estructura no lineal y la multiplicidad de personajes y tramas. Además, la falta de resolución clara que puede frustrar a aquellos que buscan una narrativa más tradicional y directa, pero si eres de los que quiere desentrañar el misterio, prepárate para armar un rompecabezas muy entretenido.