Más tarde estas líneas se mezclaron y dieron lugar a trigramas, es decir, composiciones de tres líneas que permitían una adivinación más completa. Estos trigramas, que formaban ocho combinaciones posibles, llegaron a Fu Hsi, el mítico primer emperador de China, que reinó hace unos 4.500 años, y que los convirtió en la base del I Ching.