Dado que el pequeño no posee vocabulario durante sus primeras vivencias –las más críticas–, la gran mayoría de sus reacciones son sentimientos. Debemos tener en cuenta su situación durante esos primeros años: es pequeño, dependiente, inepto, torpe, no posee palabras con las que construir significados... Emer nos dice que debemos aprender a estimar una mala mirada. El niño es incapaz de hacerlo. Una mala mirada dirigida a él solo puede producir sentimientos que acrecienten su reserva de datos negativos acerca de sí mismo. Es culpa mía. Otra vez. Siempre lo es. Siempre será así. Eternamente