Atracarse juntas, sin control ni límites y, luego, devorarse la una a la otra, lamerse y revolcarse y relajarse en la aceptación de la otra en su máxima expresión. Para mí, eso es la libertad. El abandono definitivo. Es sexi de cojones. Me pone caliente de verdad. Deseo abandonarme hasta el final, pero es una libertad que no me puedo permitir en el día a día. ¿Esto es feminismo o es solo deseo y cosificación?