Spencer Johnson

Al día siguiente, Hem y Haw abandonaron sus hogares y regresaron de nuevo al depósito Sin Queso, confiando, de algún modo, en volver a encontrar Queso.

Para ellos, encontrar el Queso era su forma de conseguir lo que creían necesitar para ser felices.

Para algunos, encontrar Queso equivalía a tener cosas materiales. Para otros, significaba disfrutar de buena salud o desarrollar un sentido espiritual del bienestar

Las cosas están cambiando aquí, Hem. Quizá también tengamos que cambiar nosotros y actuar de modo diferente.

Quizá lo que debamos hacer —sugirió Haw— sea dejar de analizar tanto las cosas y ponernos a buscar algo de Queso Nuevo.

—¡Vámonos! —exclamó entonces, de repente.

—No —se apresuró a responder Hem—. Me gusta estar aquí. Es un sitio cómodo. Esto es lo que conozco. Además, salir por ahí fuera es peligroso.

Empiezo a sentirme demasiado viejo para eso —dijo Hem—. Y creo que no me interesa la perspectiva de perderme y hacer el ridículo.

Haw empezaba a comprender la diferencia entre actividad y productividad.

Durante un tiempo había creído que bien podría no haber nada de Queso en el laberinto, o que quizá no lo encontrara. Esas temerosas convicciones no hicieron sino inmovilizarlo y anularlo.

Casi notaba como si una parte de sí mismo se sintiera atraída hacia atrás, al territorio que le resultaba familiar, a pesar de que ya hacía tiempo que no encontraba allí nada de Queso.