Si no amamos al otro en totalidad, las fracciones que nos enamoran al inicio y que forman la complementariedad no llegan a permanecer en el tiempo. Sencillamente porque en la vida se cambia: los ciclos evolutivos, las experiencias, la historia, el nacimiento de los hijos, los cambios de trabajo, las mudanzas, todos estos son elementos que modelan y reestructuran la percepción de las cosas, entre ellas, la pareja. A veces se trata de un cambio radical de escalas de valores, de creencias, de gustos.