Svetlana Alexievich

—Esa es la primera señal: donde no se ven ni escarabajos ni lombrices, es que allí es alta la radiación.

Nos hemos mezclado todos, llevamos muchas sangres mezcladas. En el pasaporte tengo a los hijos inscritos como rusos; pero nosotros no somos rusos. ¡Somos soviéticos! Aunque el país en el que yo nací ya no existe.

Pero ¿quiénes éramos en realidad? ¿Qué hacíamos? Me gustaría saberlo. Leerlo en alguna parte. Y eso que yo mismo estuve allí.