»En un combate, el comandante del batallón fue herido de gravedad, Liuba recibió una herida leve, un rasguño en el hombro. Le enviaron a la retaguardia y ella se quedó en el frente. Ella estaba encinta, él le envió una nota: “Busca a mis padres. Pase lo que pase conmigo, tú eres mi mujer. Y tendremos un hijo o una hija”.
»Más tarde Liuba me escribió: “Sus padres no me aceptaron, ni a su hijo tampoco”. El comandante murió.
»Estuve durante años pensando en ir a verla, finalmente no pude. Éramos íntimas. Pero residía muy lejos, en Altái. Hace poco recibí una carta, me comunicaban que se había muerto. Su hijo me invitó a que fuera a visitar su tumba...»
Nina Leonídovna Mijái,