Madre nuestra que estás en la tierra,
estoy hecha de lluvia, ríos y dudas;
abro mis fosas nasales para respirar el mar,
tragarlo y contemplar su fondo,
y surgen peces de mi vientre.
Madre nuestra que estás en la tierra,
mis ojos se quiebran en hebras de hielo,
me dedico a abrazar el éter