Carmen Santos

La clase de dolor que siente un pensamiento por una causa aparente cultiva el pensamiento mismo; y, desde ese modo, se engendra, se eterniza, se refuerza a sí mismo.

Un pensamiento que tortura a un hombre escapa a las modalidades del pensamiento, se vuelve otro, un parásito.

producir y producir un tiempo infinito.

Todo hombre resulta odioso a quien se evade y se consume alejándose de sí mismo, pues los otros nos hacen irrefutablemente pensar en nosotros.

Existen vínculos muy estrechos entre padecer y saber... y, además, conocemos demasiado bien nuestros límites.

No existen las ideas fijas. Lo que existe es otra cosa y se merece otro nombre.

Hay una constante y una intensidad patológicas de las ideas.

Una idea es un cambio –o, mejor dicho, un modo de cambio– e, incluso, el modo más discontinuo de cambio...

Una idea es un medio, o una señal de... transformación, que actúa en mayor o menor medida sobre el conjunto del ser. Pero nada dura en la mente.

Su «idea fija» no es más que una idea... preferenciada, amañada...