Todo lo que le importa a Doris está en esta habitación, donde permanece concentrada en la tarea de morir. Sin embargo, esta preocupación no resulta egoísta: no excluye a George ni a nadie que quiera participar en ella. Esta preocupación es la muerte y todos podemos participar en ella, en cualquier momento, a cualquier edad, estemos enfermos o gocemos de buena salud.