Juan Gabriel Vásquez

Y me digo al mismo tiempo que somos pésimos jueces del momento presente, tal vez porque el presente no existe en realidad: todo es recuerdo,

uno es feliz hasta que la caga de cierta forma, luego no hay manera de recuperar eso que uno era antes

confundí siempre, la tristeza por la noticia con el llanto producto del dolor

El miedo era la principal enfermedad de los bogotanos de mi generación, me decía

vida no nos había dado tiempo para el afecto, y lo que me movía no era el sentimiento ni la emoción, sino esa intuición que a veces tenemos de que algunos hechos han modelado nuestras vidas

hay que sacrificarlas, dar al otro lo que el otro quiere oír, no ponernos demasiado honestos (la honestidad es ineficaz, no llega a ninguna parte

ya no había nadie entre mi muerte y yo. Ser huérfano es eso: no hay nadie por delante, uno es el siguiente en la línea

amilias de buen pasado que un día se dan cuenta de que el pasado no da dinero.

La familia se llamaba Laverde.

hablaban de intenciones y proyectos, convencidos, como sólo pueden estarlo los amantes nuevos, de que decir lo que uno quiere es lo mismo que decir quién es.

tapa y Puerto Vallart