–debería haberse alejado de él ahora que estaban dentro, pero no lo hizo. Incluso a pesar de las capas de telas entre ellos, podía sentir su calor, un antídoto para la energía fría y antinatural que seguía revoloteando en el aire. Instintivamente, se acercó a él, deseando disipar la intranquilidad que ese evento había despertado. Cuando se inclinó hacia él, respiró el cálido aroma de Harte: limpio, definido y tan familiar