Lucía delgada y delicada como un junco, sus uñas refinadas nunca habían experimentado un día de trabajo. Su cabello rubio tenía solo un dejo de cobre cuando lo iluminaban las luces de las velas y la columna de su cuello, larga y agraciada, estaba adornada con una simple tira de perlas que yacían contra el punto frágil en la base de su garganta.
Su piel sería suave allí, frágil y perfumada con el aroma que utilice. Lirios tal vez… o rosas… algo floral y rosa como ella.
Las mejillas de Viola se sintieron cálidas cuando se dio cuenta de la dirección que habían tomado sus pensamientos.