Una piña dolía menos. Que valentia poner en palabras semejante maltrato.
Una lectura muy fuerte, que evidencia muy gráficamente la cultura de la violacion intrafamiliar y los efectos y heridas que dejan en quienes la padecen.
Se tiene que tener estómago para leer este libro. Hay una sensación de peligro que traspasa las páginas y te atrapa con fuerza. No quieres leer y sigues leyendo. Dudas todo el tiempo si lo que lees sería posible, sea posible. Sabes que sí lo es, por eso te aferras a la duda. Es un libro duro y terrible, sobre el abuso infantil. Se agradece la brevedad y la rabia de contarlo. Pffff!🥹
"Los hombres me quieren, siempre me quisieron, como se quiere a una perra. En cuatro patas. Con la lengua afuera. Nada de gruñir, nada de morder".
En muy pocas páginas la autora aborda un tema incómodo, complicado y doloroso: el abuso infantil. Lo hace desde el dolor y la rabia, desde la furia, la cólera y el resentimiento hacia un sistema patriarcal que encubre abusadores, reproduce violencias y re-victimiza.