Todos necesitamos sueños (nuestras fantasías) que nos sustenten en épocas difíciles. No tiene nada de malo, siempre que no empecemos a confundir las fantasías con la realidad, como le pasó a ella. Parece que en ocasiones dudaba de sí misma, pero nunca llegó a dudar del sueño, nunca llegó a dudar de Semilla Terrestre. Al igual que mi padre, yo no estoy tan segura de ninguna religión. Resulta extraño, teniendo en cuenta cómo me crie, pero es así.