El catedrático es la viva encarnación de lo jerárquico. Y el catedrático alemán es, entre todos los del mundo, el que tiene la conciencia más tranquila, pues siempre se halla directamente implicado en la producción de justificaciones y, por lo tanto, siempre sale bien parado. Es decir, el catedrático alemán es siempre la mejor persona