Huysmans lo llama poder “extitucional”, en oposición a “institucional”, señalando que “las relaciones y las prácticas de gobernanza en diversas áreas de la vida, incluyendo la educación, la práctica médica, la salud mental, y la seguridad (...) se están dispersando más allá de los confines físicos y espaciales de las instituciones que los ejercen”.