Sabes que quieres escribir tu vida pero no sabes qué quieres transmitir o no encuentras las herramientas acertadas.
Empieza paso a paso. No pretendas alcanzar resultados, sino profundizar en el proceso. Empieza con la seguridad de que estás autorizado, estás autorizada, a interpretar tu historia personal como te plazca, a destacar los momentos que desees destacar, con la actitud más afín a lo que sientes, y a otorgarle el formato que prefieras: ya sea como modo directo de transmitir vivencias o experiencias en una autobiografía clásica, o como modo indirecto, mediante pinceladas, recortes, relatos independientes o un procedimiento narrativo que alimente un buen cuento o una buena novela.
Un mecanismo estimulante cuando escribimos una novela es abordar lo imaginado como si formara parte del recuerdo. Del mismo modo, podemos hacerlo cuando escribimos una autobiografía. Se trata de transitar por la atractiva, ¿misteriosa?, frontera entre realidad y ficción.
En suma, éste es el territorio de la autoficción:
Uno. Entre lo real y lo imaginado