Friedhelm Moser

  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    Y, por favor, no olvide el consejo de Schopenhauer: «…las ideas puestas por escrito no son más que las huellas que un paseante deja en la arena: uno puede ver el camino que ha tomado, pero para saber lo que él ha visto a lo largo del camino, ha de usar sus propios ojos».
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    La extinción del yo no siempre es una catástrofe existencial. También puede conducir al máximo nivel de humanidad. En eso coinciden la filosofía oriental y la mística occidental. Pues por más grande que sea el yo, siempre presupone un «no yo» que lo delimita. Y por más orgulloso y seguro de sí mismo que sea el yo en vida, ama la vida y ante la muerte pierde toda su grandeza.
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    «Desde antes que empiece la lucha, la victoria ya es de aquél que no piensa en su yo, que vive en el origen, en el no yo».
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    «La incondicionalidad de la acción en el mundo», escribe Jaspers, «sólo es posible cuando, por así decirlo, he salido del mundo y sólo entonces retrocedo hasta él».
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    El arquetipo de los trabajadores forzados es Sísifo, un pecador de la mitología griega, que está obligado a empujar una enorme roca cuesta arriba para expiar su culpa. Apenas llega a la cima, la roca rueda cuesta abajo con estrépito, y la faena infernal vuelve a comenzar una y otra vez, para siempre jamás. El filósofo Albert Camus interpretó este mito: «En la actualidad, el trabajador trabaja toda su vida en iguales condiciones, y su destino es igualmente absurdo». En efecto, ¿acaso cada jornada laboral no es una montaña de Sísifo: una montaña de piedras, de expedientes o de platos sucios? ¿Y toda persona medianamente sensata no debería suicidarse en vista de la falta de sentido de semejante vida?

    Camus dice que no. Para él, Sísifo es el «héroe del absurdo», que supera su castigo aceptándolo y fundiéndose con él: «Un rostro que se afana tan cerca de la piedra se vuelve piedra también. Veo que este hombre desciende, con pasos torpes pero regulares, a la tortura cuyo final desconoce. (…) Es más fuerte que su roca (…). La lucha contra la cima puede llenar el corazón de un hombre. Debemos imaginarnos a Sísifo como una persona feliz».
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    Cuando lo personal se queda corto, lo normal puede convertirse en una tortura. Entonces el trabajo se transforma en una camisa de fuerza y en una tortura china: cada día una gota que horada la vida. Quien no logra verle un sentido personal a su trabajo, se degrada a la condición de robot, de pieza de una maquinaria, de cosa.
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    En nuestra sociedad, el «trabajo fijo» ha asumido una función que durante muchos siglos desempeñó la Iglesia. Los que han perdido el fetiche del trabajo podría decirse que están excomulgados.
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    «El más terrible de los males, la muerte, no nos afecta», escribe Epicuro, «mientras existimos, la muerte no está presente y, cuando llega, ya no existimos. De modo que la muerte no afecta ni a los vivos ni a los muertos; pues a los primeros no los toca y los otros ya no existen. Sin embargo, la gente o bien huye de la muerte como del peor de los males, o bien la busca para aliviar los males de la vida. En cambio, el sabio ni rechaza la vida ni teme la no vida».
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    Entender la libertad. Eso no es fácil. Hoy en día, tiende a confundirse libertad con tiempo libre. Y en verdad son dos cosas totalmente distintas. El tiempo libre es tiempo sin obligaciones; la libertad es libertad para las obligaciones. En el tiempo libre busco distracción; en la libertad me esfuerzo por concentrar mi ser. El tiempo libre huye de las tareas de la vida. La libertad persigue un objetivo, un sentido, una tarea a la que consagrar la vida.
  • Nikolai C.has quoted3 months ago
    «Tres son los pasos del tiempo: el futuro se acerca titubeante, el presente huye veloz como una flecha y el pasado está eternamente quieto.»

    (Friedrich Schiller)
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