Leí algunos libros. Siguiendo los pasos de John Bowlby, fundador de la teoría del apego a finales de la década de 1960, el psicólogo infantil Maurice Berger escribe que un niño necesita trabar un vínculo con una figura de adulto «estable, confiable, previsible, accesible, capaz de comprender sus necesidades y de aplacar sus tensiones». Sin ese caregiver (o «cuidador»), no hay seguridad afectiva, no hay confianza, no hay punto de anclaje y, por consiguiente, no hay disponibilidad para salir a descubrir el mundo.