Para Wolfe, el relato periodístico tendría que construirse escena por escena, como una novela; tendría que contener diálogo; concentrarse en pequeños detalles que permitieran al lector sensibilizarse con los personajes; y, muy importante, el cronista debe adoptar un punto de vista desde dónde relatar su historia. Estas reglas de Wolfe son vigentes para cualquier narrador; sin embargo, aquí estamos en el plano no de la fabulación, sino de las técnicas para narrar un hecho tomando lo mejor de ambos mundos: el periodismo y la novela.