Jacques Rancière

La literatura es ese nuevo régimen del arte de escribir donde no importa quién es el escritor y no importa quién es el lector.

rarquía de la palabra, de una relación reglada de discurso entre los actos de palabra y las audiencias definidas sobre las que dichos actos habían de producir efectos de movilización de ideas, de emociones, y de energías

sible de dicho desmantelamiento era la supresión de toda jerarquía entre temas y personajes, de todo principio de adecuación entre un estilo y un tema o un personaje.

La “petrificación” del lenguaje, la pérdida del sentido de la acción y de la significación humana, era el desmantelamiento de esa jerarquía poética de acuerdo con un orden del mundo. El aspecto más vi

de significar y que expresa la verdad de las cosas así como los fósiles o las estrías de las piedras cargan su historia por escrito

es una escritura concebida como máquina que hace hablar a la vida, una escritura a la vez más muda y más parlante que la palabra democrática: una palabra escrita sobre el cuerpo de las cosas, sustraída al apetito de los hijos e hijas de los plebeyos; pero también una palabra que nadie profiere, que no responde a alguna voluntad

implica la ausencia de toda frontera entre el lenguaje del arte y el de la vida cualquiera

La literatura es indisolublemente una ciencia de la sociedad y la creación de una mitología nueva.

Es lo que hace la literatura al dejar el estrépito de la escena democrática en manos de los oradores y viajar hacia las profundida

des de la sociedad, al inventar esa hermenéutica del cuerpo social, esa lectura de las leyes de un mundo sobre el cuerpo de las cosas banales y las palabras sin importancia, de las que la historia y la sociología, la ciencia marxista y la ciencia freudiana se repartirían el legado.