Sí, soy una mujer peligrosa a la que deben matar. Sé por qué me temen. Yo desenmascaré su horrible realidad y no me van a matar porque maté. Ellos matan a diario bajo el nombre de Dios, el amor, la paz y la justicia; ellos practican la prostitución bajo el nombre del matrimonio, el amor y la virtud; ellos roban y saquean bajo el nombre de la ley y la legalidad internacional. Me matan para no destapar sus secretos ocultos. Me sentencian a muerte porque saben que he vencido ya la muerte y he vencido mis heridas de sangre roja con tinta negra; me impusieron la deshonra y la convertí en orgullo; me quitaron el clítoris en el nombre de la pureza y la circuncisión, y exhibí mi cuerpo amputado con mucho orgullo. Me obligaron a vender mi cuerpo en el mercado de la prostitución y les puse el precio más alto. No escondí mis defectos ni mis heridas como hacen las esposas, las madres y las mujeres oprimidas, sino