No me necesitas para eso.
—Comer solo es solitario.
Pero no puedo escapar de esa maldita voz sexy. Mi piel está en llamas incluso en el fresco viento de primavera.
—Estoy segura que cómo-se-llame de la asistencia estaría encantada de acompañarte a cenar.
—No le pregunté a ella. Te estoy preguntando a ti.