Julia Otxoa

frente al poder de muerte del Cazador, la Recolectora posee un poder de vida que a él le sobrecoge.

LA NATURALEZA DEL AMOR

Se la entregó, sus manos temblaban. Max leyó la carta que le había dejado, no pudo evitar una sonrisa. Don Adrián y sus ocurrencias. En la carta le decía que no llegaría a Navidad, total él estaba de visita. Y que no fuera tonto y se declarase a la directora. En esta vida estamos de visita, temporal.

Pero si me preguntaran, sin duda cambiaría la tierra dura contra el pecho, la piel cuarteada, las piernas entumecidas y los sabañones en los dedos por un sillón caliente y algo inofensivo entre las manos. Nadie desea ver su colegio reducido a escombros ni seguir viva únicamente para vengarse de los asesinos de su familia. Nadie quiere una guerra; solo vivir tranquilamente sin sentir su casa asediada por los lobos. Pero una guerra no te deja opciones ni libertad para elegir.

En la guerra estás obligada a aprender rápido para no morir, así que me he valido de todas las artimañas que se me han ocurrido para engañarles, y los nazis, en el fondo, son bastante estúpidos: me he ocultado en la lluvia para disimular mi silueta y amortiguar los disparos enemigos.

Tiene como reino una ciudad hipócrita, llena de espejismos, felicidad excesiva y engaños revestidos de manzanas envenenadas en forma de corazón. Dime, idiota, ¿dónde está mi final feliz?, se pregunta resignada mientras decide salir a matar dragones ella misma.

A todas las mujeres que de una u otra forma tienen relación con el mundo del libro: bibliotecarias, libreras, editoras, profesoras y sobre todo lectoras. Es en esta red de colaboración y disfrute de la literatura donde mejor se reconoce AMEIS.

a veces acusa a su imaginación de haber inventado una criatura inexistente.

había heredado un inventario interminable para los accidentes.

No hablan. No les queda tiempo para hablar. No se conocen realmente hasta quedarse nuevamente solos: