la práctica milenaria dentro del budismo que consiste, en primer lugar, en etiquetar los pensamientos y las emociones, aplicándolo desde la oratoria; es decir, si llega a sentir nerviosismo o miedo, deberá etiquetarlo y distanciarse verbalmente de esa etiqueta, por ejemplo: “estoy sintiendo la emoción del nerviosismo”. En segundo lugar, asígnenle un número del uno al diez a esa etiqueta del “nerviosismo”, por ejemplo: “un nueve”. Por último, haga un ejercicio de reducción cognitiva para bajar la ansiedad, por ejemplo, “meditaré cinco minutos y, al finalizar, habré reducido los nervios de nueve a seis”. Y así sucesivamente puede hacerlo hasta que disminuya o desaparezca ese nerviosismo.