Aquellos ojos aparecen de nuevo en mi sueño, solo que ahora los siento mucho más cercanos. Su mirada quema mi piel y me calienta de todas maneras. Quiero acurrucarme en él, olerlo y sentirlo contra mi piel pálida y fría. Tenerlo a mi lado para verlo, fijarme en si es tan lindo como pienso que es, tocar aquel lunar que tanto me tienta cuando sueño con él.