En la actualidad un poema gana si descarta ir detrás de los temas que sobreexponen los medios. Ante la velocidad a la que corre la información, el poema debe oponer su propio ritmo. Si un poema pretende denunciar un caso sin aportar algo a lo que ya ha sido espectacularizado, no está denunciando nada. Me interesa el poema que, más que buscar sumarse a lo ya dicho, apuesta por decir lo por decirse, lo que no se puede decir