me ocultaré a mí misma detrás de un nombre supuesto, y viviré en lugares falsos, y pediré a Dios que los que deberían haberse sentido fulminados cuando leyeron lo que tengo que decir, apenas se sientan heridos, y, ciertamente, Dios, en su infinita misericordia, hará que algún editor comprensivo imprima mis palabras, haciendo con ellas un libro, y me ayude a contar toda la terrible verdad.