Lía Poveda

Lo único que creo haber descubierto, a los años, es que, por más que una crea saber, al final, sólo tiene, con suerte, 50% de la vivencia. El resto, esa otra mitad, siempre, es de la otredad.

¿Desde qué herida nos amamos, amor?
¿Desde qué amor nos herimos, amor?

Te has ido
Estoy rota.
¿no te has dado cuenta?
Estoy rota.
Te diste cuenta
Estoy rota…
(Y quizá por ello,
Te fuiste
Y quizá por ello,
No pude retenerte
Sin Voz,
Palabra
ni Vientre)
Estoy rota,
Vacía
Sin fuerza para retenerte
Te fuiste.
Estoy rota
Doblemente rota
…Y sin fuerza para retenerte

(Sé que ya te vas. Te has ido hace tiempo.
Dolorosamente. De a poco.
A cuenta gotas.)

Y nuestras aguas no navegan más.

Paralizada en el umbral,
eché el cerrojo.
Detuve al llanto.
Te dejé partir.

Sábete amor, que de sobra sé pensarte.