La actitud de soltar, de dejar que las cosas sean tal como son y de no identificarnos, no implica distanciamiento ni desapego reactivo. Y tampoco debe confundirse con la pasividad, las conductas disociativas ni los intentos de alejarse, aunque solo sea un poco, de la realidad. No se trata de ningún retiro patológico que cumpla con una función defensiva ni tampoco es una actitud nihilista.