Lyman Frank Baum

¿No puedes darme un cerebro? —preguntó el Espantapájaros.

—No lo necesitas; día a día vas aprendiendo algo nuevo. Los bebés tienen cerebro, pero no saben mucho. La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento, y cuanto más tiempo estés en la tierra tanta más experiencia has de adquirir.

¿Y mi corazón? —preguntó el Leñador.

—Bueno, en cuanto a eso, creo que te equivocas al querer tener corazón. Lo hace a uno muy desdichado. Te aseguro que eres afortunado al no tenerlo.

Mientras caminaba, le sorprendió ver lo bonito que era aquel país. Había verjas ordenadas a ambos lados del camino, pintadas de un azul delicado, y detrás de ellas había campos de cereales y verduras en abundancia. Claramente, los Munchkins eran buenos granjeros, capaces de cultivar grandes cosecha