que has aprendido conservará tu apariencia juvenil y alargará tu vida —respondió el patriarca—, pero al cabo de quinientos años el cielo mandará un relámpago que acabará contigo, a menos que tengas la sagacidad de evitarlo. Después de otros quinientos años el cielo mandará un fuego que te devorará. Es un fuego de una clase peculiar. No es fuego común ni fuego celestial, sino que surge desde dentro y consume las tripas, reduciendo toda la complexión a cenizas, con lo cual tus mil años de perfección habrán sido en