El régimen monástico arrebata al estado varios ciudadanos útiles, y los restringe en los muros de un claustro; a veces, puede servir a calmar las pasiones, a consolar las grandes penas y fomentar el espíritu de la meditación; pero transplantado a los bosques del nuevo mundo aplicado a la multitud de relaciones de la sociedad civil produce efectos tanto más funestos cuanto más dure su dominación. Entorpece el uso de las facultades intelectuales de una a otra generación, impide las comunicaciones entre los pueblos, y se opone a todo lo que engrandece el alma y eleva los conceptos. Por la reunión de todas estas causas diversas, los indígenas que habitan en las misiones, se mantienen en un estado de incultura que podríamos llamar estacionaria, sino fuera porque las sociedades siguen la misma marcha que el espíritu humano, es decir, sino retrocediesen siempre que cesan de adelantar