Leila Slimani

Nos sentimos en soledad estando con niños. A ellos les da igual los contornos de nuestro mundo. Intuyen su dureza, su negrura, pero no quieren enterarse.

Solo seremos felices, se dice, cuando ya no nos necesitemos unos a otros. Cuando cada cual viva su propia vida, una vida que nos pertenezca, en la que nadie interfiera. Cuando seamos libres.

No, no soy yo. Es otra persona quien sufre. Yo no habría soportado sufrir tanto

Llevaba esperando mucho tiempo en casa a que el destino soñado por fin llegase. Nada ha sucedido como estaba previsto.

una mañana que aviva la mente y prohíbe cualquier letargo

Se construyó un refugio para las noches de angustia y un retiro cómodo para los días de desenfreno

Myriam jamás se atrevería a contarle a Emma ese pensamiento fugaz, esa idea que más que cruel es vergonzante, y que le viene a la mente cuando observa a Louise con sus hijos. Solo seremos felices, se dice, cuando ya no nos necesitemos unos a otros. Cuando cada cual viva su propia vida, una vida que nos pertenezca, en la que nadie interfiera. Cuando seamos libres.

Su vientre de pliegues y ondas, donde han construido juntos su hogar, donde florecieron tantas penas y alegrías.

Solo seremos felices, se dice, cuando ya no nos necesitemos unos a otros

De golpe se siente sentimental. Es la consecuencia de ser madre. A veces se vuelve un poco boba. Ve en hechos corrientes algo excepcional. Se emociona por nada.