Patricia Arredondo

  • Jesús Pérez Esquivelhas quoted2 years ago
    Tú ya sabes a lo que he venido
    cuando lanzas el primer golpe.
  • Ana Saenzhas quoted2 years ago
    Contaremos esta historia
    por generaciones: Hija,
    deja de llamar ‘cangrejo’
    al cáncer. Esa enfermedad
    tiene el poder de un conejo,
    es incontrolable cuando se reproduce.
  • Ana Saenzhas quoted2 years ago
    Era necesario no abandonar la imaginación al recibir los golpes. La soberbia me hizo elegir la risa al llanto; un alivio que sólo el absuelto siente al pensar vanidosamente en su pecado.
  • Ana Saenzhas quoted2 years ago
    Me hubiese gustado estar al pie de la cama del hospital y decirle: Te lavaron tan bien el estómago que no se notará que lo tenías percudido. Por el contrario, nadie dijo nada. Al restablecerse sus signos, la trajeron de vuelta durante el velorio. Aun sedada, miraba con tanto dolor dentro de la caja que no podía saberse cuál de las dos había salido primero del útero.
  • Ana Saenzhas quoted2 years ago
    Un niño puede verlo todo, incluso
    las miradas que te hacen sentir
    lo mismo extranjera que bastarda.
  • Ana Saenzhas quoted2 years ago
    Detrás de la puerta no hay resistencia,
    soy quien he sido por generaciones.

    Tú ya sabes a lo que he venido
    cuando lanzas el primer golpe.
  • Fernanda Briseñohas quoted2 years ago
    ella no creyó nunca en la generosidad de los hombres
  • Fernanda Briseñohas quoted2 years ago
    La tristeza se incorporó a tu piel, tus músculos, tus órganos y tus huesos.
  • Fernanda Briseñohas quoted2 years ago
    Crecí en la cocina de una casa donde los hombres eran figuras de dioses ausentes, voces, tiranos cuyas leyes nos hacían dóciles. Pero para mí dios nunca fue un padre, fue una madre. O muchas. Murieron para salvar. Entre las ollas y la leña recibí la bendición del fuego, y sin embargo odié limpiar la carne y lavar las verduras. Me alejé de esas compasivas diosas y a los ausentes dije: no quiero un dios que me obligue a hincarme al imaginar su presencia. La deidad que conozco habita entre los fogones y aun si mi fe permanece intacta, ya no visito su iglesia.
  • Mel Isahas quoted2 years ago
    El hambre le enfrió la sangre.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)