Supongo que es un cliché decir que uno se identifica con un personaje, pero esta vez me pasó en su totalidad.
Disfruté mucho la historia y los cambios de humor que va teniendo la protagonista que hacen que uno transite desde una crónica cínica y graciosa de la vida laboral, hacia una novela triste sobre la soledad, la depresión y la ansiedad.
Considero innecesaria la parte en la que se pone en modo panfleto feminista y en la que de forma muy poco orgánica la autora "invita" a reflexionar sobre qué tan feministas son las decisiones que las mujeres tomamos sobre nuestros cuerpos.
El desenlace es sumamente divertido aunque algo apresurado (bien pudo haberle dedicado un par de capítulos más) y el final, al ser tan predecible deja la sensación de haberse quedado a mitad de una historia.
No está destinado a convertirse en un clásico de nuestro tiempo, pero te hará pasar un buen rato.
Durante la lectura me impresionaba lo mucho que me sentía identificada, lo universal que puede llegar a ser la desazón de pensar que en esta vida no tenemos más que trabajar. Definitivamente escúchenlo en sus horas laborales.
Divertidísimo!