¿Nunca habíais oído hablar de l’Orco, el Trilby veneciano? ¿No os habéis cruzado con él por la noche en alguna iglesia o en el Lido? Es un diablo bueno, que solo hace mal a los opresores y a los traidores. Se podría decir que es el genio verdadero de Venecia. Pero el virrey, al enterarse indirecta y confusamente de la peligrosa aventura del conde de Lichtenstein, rogó al patriarca que celebrara una gran ceremonia de exorcismo en la Laguna, y desde entonces l’Orco no ha vuelto a aparecer».